Leo un artículo de Victor Andrés Ponce a propósito de San Marcos y el terrorismo, donde propone que los estudiantes estén representados por el quinto superior (de rendimiento) o sea, los estudiantes con las mejores notas o calificaciones.
Pregunto: ¿los estudiantes con mejores calificaciones están más preparados para tomar decisiones en la gestión de la universidad?
Considero que -actualmente- las notas no son el mejor indicador de capacidad para gestionar. Expongo mis razones:
Las calificaciones de un estudiante dependen del proceso de evaluación, que es dirigido por el profesor del curso. La pertinencia, calidad y eficacia de la evaluación dependen entonces de lo que decida el profesor, pero ¿actualmente los profesores dirigen evaluaciones pertinentes, eficaces y de calidad?
Un estudiante con altas calificaciones ha logrado adaptarse exitosamente al sistema de enseñanza y evaluación de la institución en la que se encuentra, es decir, hay compatibilidad entre lo que la institución le demanda y lo que el estudiante desarrolla.
Si usted está de acuerdo conmigo en calificar el actual sistema universitario como deficiente, entonces podría afirmar que los estudiantes adaptados a este sistema no necesariamente reúnen los requisitos para un adecuado desempeño fuera de las aulas (que es el fin de la formación superior). La gestión es una actividad en la que la formación académica no juega un papel preponderante.
La gestión personal requiere de capacidades que la universidad no desarrolla en sus estudiantes, el proceso formativo se limita a la comunicación de conocimientos sin mayor análisis o aplicación real. Si queremos una universidad con gestión moderna, debemos empezar por modernizar el proceso formativo.
Publicado en "La Sociedad de la Conciencia" 02-07-2010
Pregunto: ¿los estudiantes con mejores calificaciones están más preparados para tomar decisiones en la gestión de la universidad?
Considero que -actualmente- las notas no son el mejor indicador de capacidad para gestionar. Expongo mis razones:
Las calificaciones de un estudiante dependen del proceso de evaluación, que es dirigido por el profesor del curso. La pertinencia, calidad y eficacia de la evaluación dependen entonces de lo que decida el profesor, pero ¿actualmente los profesores dirigen evaluaciones pertinentes, eficaces y de calidad?
Un estudiante con altas calificaciones ha logrado adaptarse exitosamente al sistema de enseñanza y evaluación de la institución en la que se encuentra, es decir, hay compatibilidad entre lo que la institución le demanda y lo que el estudiante desarrolla.
Si usted está de acuerdo conmigo en calificar el actual sistema universitario como deficiente, entonces podría afirmar que los estudiantes adaptados a este sistema no necesariamente reúnen los requisitos para un adecuado desempeño fuera de las aulas (que es el fin de la formación superior). La gestión es una actividad en la que la formación académica no juega un papel preponderante.
La gestión personal requiere de capacidades que la universidad no desarrolla en sus estudiantes, el proceso formativo se limita a la comunicación de conocimientos sin mayor análisis o aplicación real. Si queremos una universidad con gestión moderna, debemos empezar por modernizar el proceso formativo.
Publicado en "La Sociedad de la Conciencia" 02-07-2010
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