Acabo de leer un artículo sobre el SINEACE peruano desde una mirada foránea: The World View, blog del Boston College Center for International Higher Education.
Allí se preguntan: ¿es conveniente que los procesos de acreditación (institucional y de programas o carreras) y los procesos de certificación profesional "caminen" separados?
Como leo en el artículo: esto da pie a que un médico egresado de la facultad de medicina (no acreditada) de una universidad no acreditada pueda obtener su licencia mediante la certificación profesional (evaluación por competencias).
Lo cual me parece perfectamente lógico y justo. La acreditación es un indicio de la calidad del programa o de la institución, mas no asegura la calidad de sus estudiantes y futuros egresados.
Una universidad de calidad no es una máquina mágica que convierte a cualquiera en un excelente profesional; del mismo modo, una universidad con excelentes estudiantes no necesariamente es una universidad de calidad (en otras palabras: una universidad que filtra a sus estudiantes no tiene asegurada la acreditación, y una universidad cuya mayoría de estudiantes tuvo bajo rendimiento escolar no está necesariamente condenada al fracaso)
Esta dinánima hace sumamente interesante el análisis de los procesos universitarios, lo que, para la autoevaluación y evaluación externa, requiere profesionales con agudo sentido de pertinencia y amplio criterio, capaces de distinguir los matices presentes en cada programa de cada institución.
Publicado en "La Sociedad de la Conciencia" 01-07-2010
Allí se preguntan: ¿es conveniente que los procesos de acreditación (institucional y de programas o carreras) y los procesos de certificación profesional "caminen" separados?
Como leo en el artículo: esto da pie a que un médico egresado de la facultad de medicina (no acreditada) de una universidad no acreditada pueda obtener su licencia mediante la certificación profesional (evaluación por competencias).
Lo cual me parece perfectamente lógico y justo. La acreditación es un indicio de la calidad del programa o de la institución, mas no asegura la calidad de sus estudiantes y futuros egresados.
Una universidad de calidad no es una máquina mágica que convierte a cualquiera en un excelente profesional; del mismo modo, una universidad con excelentes estudiantes no necesariamente es una universidad de calidad (en otras palabras: una universidad que filtra a sus estudiantes no tiene asegurada la acreditación, y una universidad cuya mayoría de estudiantes tuvo bajo rendimiento escolar no está necesariamente condenada al fracaso)
Esta dinánima hace sumamente interesante el análisis de los procesos universitarios, lo que, para la autoevaluación y evaluación externa, requiere profesionales con agudo sentido de pertinencia y amplio criterio, capaces de distinguir los matices presentes en cada programa de cada institución.
Publicado en "La Sociedad de la Conciencia" 01-07-2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario