martes, 17 de enero de 2012

Universidad y Gestión


El sistema universitario está en crisis, el desorden impera -sobre todo- en las insitituciones de gestión estatal (universidades públicas) Muchos factores se aluden para explicar este problema: falta de infraestructura, financiamiento, personal.

Yo estoy convencido que el problema empieza -y termina- en la gestión.

Me permitiré aquí un par de licencias para exponer mi punto de vista, primero las definiciones (para evitar interpretaciones erradas)

Administrar: Distribuir adecuadamente los recursos (físicos, financieros, humanos) que dispone la institución para contribuir al cumplimiento de los objetivos planificados.

Gestionar: Planificar, organizar, supervisar y dirigir las acciones de los miembros de una organización para cumplir los objetivos.

Un buen administrador distribuye estratégicamente los recursos cuando éstos son escasos. Un buen gestor cumple los objetivos pese a las carencias de la organización.

El meollo del asunto está en la planificación de los objetivos que se deciden alcanzar y de las actividades para lograrlos.

Entonces las miradas están dirigidas en la labor que cumplen los gestores de la universidad (rector, vice rectores, decanos, directores y jefes de departamento)

La modificatoria a la Ley Universitaria, escribí a detalle sobre el tema aquí, indica que para elegir Rector y vice rectores ya no es imprescindible tener el grado de Doctor, lo que, en principio, puede sonar a facilismo con la consecuente pérdida de "calidad" en el proceso de selección.

He leído críticas a esta modificación argumentando que es necesario que los administradores y gestores de las universidades tengan el máximo grado académico, es más, especifican también que el grado debe ser en el área de su profesión, criticando los postgrados obtenidos en materias distintas (un ingeniero con doctorado en educación, por ejemplo)

Considero que poseer el postgrado académico es irrelevante para un cargo de gestión, lo que se necesita es experiencia en administración, gerencia, gobierno, desarrollo de proyectos, dirección de planes operativos, etc.

El gráfico que acompaña este artículo evidencia la pertinencia de las habilidades de un individuo dentro de los niveles de gestión (convenientemente adaptados al gobierno universitario) puede notar que las habilidades técnicas (la experticia y competencia académica y profesional) se usan menos a medida que se asciende en el nivel de gestíón, las habilidades humanas también disminuyen, pero en menor medida; son las habilidades conceptuales las que se exigen siempre a cualquier nivel.

Esto significa que un físico, historiador, médico o abogado que posea varios doctorados en su especialida y sea un referente en su campo, sin habilidad gerencial poco podrá hacer en la gestión de una universidad, facultad o programa.

Las habilidades humanas (persuasión, carisma, empatía, etc.) muy utilizadas en puestos que supervisan personal (jefe de personal, jefe de seguridad, jefes de departamento) tienden a usarse menos cuando se llega a niveles altos en gestión (Decano, vice rector, rector)

Son las habilidades conceptuales (previsión, estrategia, táctica) las que permanecen en uso a todo nivel y las necesarias para la planificación inteligente, que se adelanta a la situación y considera todas las posibilidades para elegir la que maximice el logro de objetivos, alcanzado el desarrollo sostenible.

A tomar en cuenta para las futuras elecciones universitarias.

Publicado en "La Sociedad de la Conciencia" 10-07-2010

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