Acabo de leer un post de Eduardo Villanueva Mansilla, titulado: "Razones para no aceptar el proyecto actual de ley universitaria" del cual transcribo algunas frases que resultan bastante lúcidas.
Pero centrar la discusión en la mala calidad, como lo hacen tanto las partes como el proyecto mismo, es el camino menos adecuado para cambiar nuestra universidad.
Esta precisión resulta clave, actualizar una ley marco como la ley universitaria, solamente para intentar corregir problemas que no necesariamente han sido producidos por deficiencias de la misma, resulta a todas luces un error de enfoque.
Se plantea en el proyecto que no haya reelección de autoridades universitarias, y el subtexto que lo explica es que así se combate la corrupción. ¿Y qué pasa con las universidades en donde no hay corrupción pero la continuidad institucional, el aprendizaje de la gestión y la formación de cuadros sí están bien encaminadas?
Si limitarse a corregir problemas es un error de enfoque, pretender corregirlos generalizando "recetas" que no toman en cuenta la gran heterogeneidad de las unviersidades peruanas, es un error mayor.
En suma, el proyecto de ley cree que puede crear buenas universidades simplemente haciendo que las malas dejen de serlo.
Esto resumen acertadamente la principal crítica al dictamen, no es cuestión de analizarlo artículo por artículo, si no, empezar por el enfoque adoptado, que a todas luces termina siendo errado.
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